En algún momento del siglo XXIII, los supervivientes de la guerra, la superpoblación y la polución viven en una gran ciudad cerrada por una cúpula, aislada del olvidado mundo exterior. Aquí, en un mundo ecológicamente equilibrado, vive la humanidad solo para el placer, liberada por los servo-mecanismos que les proporcionan todo.
Solo hay una pega, la vida debe terminar a los 30 años, a menos que se renueve en el diabólico ritual del carrusel.
La Fuga de Logan, 1976.