Cuando vuelvo de noche de Barcelona a mi pequeña poblacion del extraradio siempre me encuentro un pueblo vacio y silencioso. Normalmente no hay nadie por la calle, y si encuentras a alguien hay muchas posibilidades de que sea un personaje peculiar, como el de esta noche, un hombre mayor, barba blanca, vestido con un traje antiguo, una gorra de tela blanca con bisera de plástico al reves y una cartera grande de piel, estilo cartero de los años 50. No obstante , durante el trayecto desde la estación a mi casa puede ocurrir que tenga la compañia de unos curiosos amigos. La Guardia Civil patrulla las calles solitarias y a veces se dedica a seguirte a lo largo del camino. No te persiguen por la calle, sino que te adelantan, se te cruzan dos calles más allá, luego pasan en dirección contraría, te esperan en un cruce de la calle de encima... Te van rondando, hasta que se cansan. Al principio pensé que era para tomar el pelo, después que era para que te sintieras controlado, más tarde para que te sintieras vigilado pero está noche creo que he llegado a la solución. Patrullar un dia laboral en un sitio así debe ser desesperante ya que es un pueblo muy pequeño y no pasa nada. ¿Que dirección tomas con el coche? En 20 minutos ya lo has recorrido todo... Así que perseguir a alguien durante un trozo debe ser un alivio, ya que durante un breve periodo de tiempo te libera de la responsabilidad de tener que tomar la decisión de hacia donde tienes que encaminarte.
Escrito por salivazo a las 5 de Mayo 2006 a las 02:49 AM