Ayer nos enteramos de la triste noticia de la muerte de Nicola Calipari, un agente secreto del gobierno italiano que acababa de conseguir la liberación de Giuliana Sgrena, la periodista italiana secuestrada en Irak. No esta muy claro como fue el hecho todavia, pero se sabe que el coche fue tiroteado cuando se acercaba a un control de policia. Nicola Calipari murió como consequencia de poner su cuerpo delante de Giulana para protegerla. Los soldados negaron la asistencia médica a los heridos, les quitaron el teléfono mientras se ponian en contacto con el gobierno italiano y al final los llevaron a su base, donde fueron atendidos.
Inmediatamente Berlusconi, personaje pérfido donde los haya y tradicional aliado de Bush, llamó a consultas al embajador de Estados Unidos en Roma para pedir explicaciones y compareció ante la prensa para explicar lo ocurrido y decir textualmente: "ha sido una fatalidad, pero alguien, ahora, debera asumir su responsabilidad".
Todavia queda mucho por ver e investigar y mucho papel de Berlusconi por hacer, pero de momento parece ser que se esta comportando con la indignación propia de tal acto criminal. Que diferencia entre esta actitud y la de Aznar y sus ministros ante la muerte de José Couso. Se aceptaron los informes enviados por Colin Powell en los que se decia que el ejercito estadounidense actuó en defensa propia (y quizas sea verdad, todos sabemos lo peligroso que puede ser una camara bien situada), los remitieron a los familiares y ahi acabó la cosa. Ni condenas firmes, ni investigaciones propias ni nada. Será quizás la diferencia que marca la relación que tienen cada uno con Bush, ya que Berlusconi es un aliado y Aznar era un pelota.
De momento el ejercito de Estados Unidos ya dice que la culpa es de los italianos.
Y para la memoria este articulo publicado en el Mundo.
Escrito por salivazo a las 5 de Marzo 2005 a las 04:50 PMLas cámaras son siempre una amenaza para los señores de la guerra.
Gracias por el link, no había leido ese artículo.