Hicieron el mismo recorrido en sentido contrario por el corredor de arcadas, pero esta vez supo Florentino Ariza que había alguien más en la casa, porque la claridad del patio estaba ocupada por una voz de mujer que repetía una lección de lectura. Al pasar frente al cuarto de coser vio por la ventana a una mujer mayor y a una niña, sentadas es dos sillas muy juntas, y ambas siguiendo la lectura en el mismo libro que la mujer mantenia abierto en el regazo. Le pareció una visión rara: la hija enseñando a leer a la madre (...) La lección no se interrumpió, pero la niña levantó la vista para ver quién pasaba por la ventana, y esa mirada casual fue el origen de un cataclismo de amor que medio siglo después aún no había terminado.
Gabriel Garcia Marquez - El amor en los tiempos del colera
Escrito por salivazo a las 6 de Julio 2004 a las 08:49 PM