4 de Junio 2004

Lecciones oniricas 1

Haré caso a Jung y a Jodorowsky y no intentare interpretar la simbologia de los sueños, sino discurir sobre ellos e intentar aprender.

El segundo sueño de esta noche, David comandante del mal

Yo era un gran comandante del mal. Tenia un ejercito enorme delante firme, yo lo contemplaba desde un balcón mientras sonaba una marcha imperial. Habiamos tenido una gran victoria y se nos estaba agasajando. Junto a mi había dos grandes comandantes más. Todo sucedia en un entorno futurista.

Cuando se acabó la marcha dimos la espalda al ejercito y nos introducimos en el edificio. Las puertas se abrian solas mientras avanzabamos por los pasillos vacios, no había nada, ni muebles, ni objetos ni gente. Solo puertas de cristal que se habrian solas y es que nos dirigiamos a la sala del Gran Emperador del Mal, nadie se acercaba allí, solo nosotros. Yo estaba muy contento, por fin esa marcha habia sonado en mi honor y por fin esas puertas se abrian a mi paso.

Al llegar contemplamos la gran maquina situada en el centro, desde donde el emperador se comunicaba con nosotros. No felicitó por nuestros triunfos y nos ofrecio la recompensa:

-Desead lo que querias, pues tengo poder absoluto para ofreceros todo lo que se os ocurra.

Yo no sabia que pedir así que desé solo dos aceitunas. Entonces el emperador preguntó al primer comandante que había deseado y este se lo mostró. Este comandante era el más parecido al emperador, se parecia fisicamente y en pensamientos. Casi una copia suya, un personaje oscuro con una mascara negra. Era su preferido. El emperador sonrió a ver que había deseado. Luego pasó al segundo comandante, este era el más poderoso, ahora mismo no tenia rival alguno. Un hombre alto, corpulento, con el pelo corto y rubio y un rosto con una eterna sonrisa de soberbia y maldad. El emperador le preguntó que habia deseado y este se lo mostro, tambie le gustó ver el fruto de su deseo.

Entonces llegó mi turno, yo era el más joven de todos, el más inexperto, el más delgado, el más bajo, pero no les tenía ningun miedo, les admiraba como luchadores, pero sabía que con el tiempo acabaria superandolos a los dos. No eran rivales para mi.

El emperador se me acerco y me preguntó qu ehabía deseado, entocnes le mostré las dos aceitunas.

-Y eso? Puedes desear cualquier cosa del universo y escoges dos aceitunas? Porque?

-Porque no deseo recompensa por hacer el mal. Yo hago el mal por el mal. No necesito nada que me premie por ello. Ya soy feliz haciendolo. No busco nada más. He deseado las aceitunas por desear algo.

Esas palabras no gustaron al emperador.

-Mira chico, hacer el mal por el mal es demasiado idealista. Eso de actuar por ideales no me gusta. Se parece demasiado al bien por el bien. Debes hacer el mal por algo. Todo el mundo lo hace.

Despues de la "bronca" el emperador siguió con un discurso. Yo segui entre ellos, no dudaban de mi maldad. Pero me miraban extrañados y desconfiaban. ¿Despues de todo, quien actua por ideales en este mundo?

Escrito por salivazo a las 4 de Junio 2004 a las 08:23 PM
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