Sobre este tema se ha escrito mucho ya, pero bueno. Hace unos días, en el post sobre Manthausen comentaba como las democracias occidentales asumieron a Franco gracias a su profundo anticomunismo, ya que podía ser muy provechoso en la guerra fría. Pues esa practica tan habitual la volvemos a encontrar con la relación que actualmente tiene Estados Unidos con Karimov, el dictador de Uzbekistan. Este desconocido país tiene un dictador en el poder desde 1990 y las torturas y brutales represiones que se cometen en este país son ignoradas gracias a que Karimov es un enemigo encarnizado del islamismo, lo que conviene en estos tiempos en que al enemigo se le ha caído el martillo y el mango de la hoz. Karimov, de quien se cuenta que apaliza personalmente a miembros del gobierno, es el principal aliado de Estados Unidos en la zona, ya que su dureza es útil contra los crecientes movimientos islamistas en Asía central. Además esa dureza y falta total de respeto por derechos humanos hace que Estados Unidos envíe a prisioneros a Uzbekistan para que sea “más fácil” obtener información de ellos. Prueba de todo ello la tenemos en la brutal represión que se ha llevado a cabo hace unos días en la ciudad de Andizhan, con más de 300 muertos y los periodistas expulsados para que no den cuenta de ello. Otro ejemplo de la tolerancia a las dictaduras en Asía central en la cálida relación con Musharaff, actual presidente de Pakistán, un militar que llegó al poder con un golpe de estado mientras nadie escuchaba los gritos del anterior presidente del país, que aunque fue elegido democráticamente era incomodamente islámico. Las críticas que se lanzan contra la falta de democracia en Cuba o Venezuela (aunque Chávez ganó un referéndum hace unos meses que el expresidente Carter defendió como totalmente límpio) parece que no se repiten en estos países de Asía Central.
Escrito por salivazo a las 18 de Mayo 2005 a las 12:03 AM