22 de Octubre 2004

Groucho, el perro bluesman

Groucho es un dogo argentino negro y enorme. Es del compañero de piso de A, pero como el piso es pequeño y son mucha gente lo sacan a pasear a menudo todos los compañeros de piso. El pobre Groucho tiene un problema, le encanta jugar, pero es tan grande y tiene tanta fuerza que casi nadie se atreve, porque el pobre te hace daño sin querer. A Groucho no se le lleva de paseo, él lleva de paseo a la gente. Normalmente hace caso, pero si le apetece ir a la izquierda vas a la izquierda quieras o no. Bilbo, el mítico perro de C tambien es muy bueno y negro, lo que tiene un problema con Groucho, cada vez que lo ve (como esta tarde) se pone agresivo y le ladra mucho. El pobre Groucho no hace nada, se le queda mirando moviendo el rabo contento. El pobre tiene ganas de jugar con todo el mundo, incluso con Bilbo que siempre le ladra.

Pero señora y señora, lo más curioso de Groucho no es su tamaño, ni su fuerza ni su color, sino que es el único perro bluesman (o bluesdog) que he visto nunca. A se pone en su habitación a tocar blues con su guitarra, entonces cuando le apetece a Groucho entra y con toda tranquilidad se sienta a su lado y se pone a aullar en el mismo tono que A hace. Si A cambia de nota, Groucho cambia de nota, con una precisión pasmosa. Esto se ha intentado filmar con videocamara porque es un espectaculo muy curioso, pero sucede que Groucho se pone nervioso y casi violento con las camaras... Y a ver quien se atreve a filmar a ese enorme animal enfadado...

Esta tarde con P hemos estado hablando de Groucho, esta historia es muy rara; un perro que no soporta que lo filmen y que le gusta aullar blues y de pronto nos ha venido la iluminación y lo hemos visto todo claro:

J.T. Lemon era una viejo, gordo, negro y ciego bluesman del Mississipi. Era el autentico padre del blues, lo inventó cuando ya era mayor y provocó una autentica conmoción en toda la comunidad algodonera del Mississipi. Venían de todas parte a verlo, era una pelegrinación que había que hacer como mínimo una vez antes de morir. Corrió entonces el rumor que J.T. Lemon iba a morir, así que un joven intrepido intentó grabarlo con una vieja máquina de discos de pizarra para que su arte perdurara para siempre, pero él se negó y enfadó muchisimo. Si él moria, su blues tenia que morir con él, que una fría máquina lo reproduciera mientras él estaba muerto iba a ser un atentado contra su alma, había puesto demasiados sentimientos en esa música para que sonara cuando él ya no sentia nada. J.T. Lemon murió sin dejar nada grabado. Su rumor corrio entre la gente y ya no queda nadie vivo de los que vieron. Los grandes del blues lo recuerdan y se encomiendan a él, aunque jamas se habla sobre ello a paganos del blues.

J.T. Lemon murió, llegó al cielo pero lo que alli vio no le gustó. Le gustaba el blues y el blues son canciones de sufrimiento y dolor. Allí había felicidad. Pero J.T. Lemon no podia encontrar la felicidad sin el blues, asi que le permitieron volver al a tierra, donde el sufrimiento sobraba y para ello escogió la forma de un gran perro negro y tranquilo, tal como él habia sido. Desde entonces ha vivido con mucha gente, fue perro de B. B. King, de John Lee Hokeer e incluso Led Zeppelin compusieron la canción Black Dog en su honor, porque captarón algo extraño en ese perro. Pero el gran perro J.T. Lemon se cansó de las estrellas y volvió al origen del blues, asi que busco alguien como A, que tocaba blues por placer y sentimiento, sin necesitar que nadie se lo reconociera y allí se quedo. Eso si, sigue sin querer que lo filmen.

Escrito por salivazo a las 22 de Octubre 2004 a las 12:09 AM
Comentarios

Ya tenemos una excusa válida para creer en la reencarnación, ¿no?

Escrito por Cvalda a las 23 de Octubre 2004 a las 01:45 PM

Es una prueba innegable.

Escrito por Anonymous a las 23 de Octubre 2004 a las 03:07 PM
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